Publicación del libro “Parlamentos y protección de datos ante la inteligencia artificial: adaptación y retos”, con mi prólogo
Acaba de publicarse el libro “Parlamentos y protección de datos ante la inteligencia artificial: adaptación y retos”, coordinado por Montserrat Auzmendi, en Tirant lo Blanch, 2025. +info
Es posible acceder al prólogo y al índice de este estupendo libro en el siguiente enlace
Se trata de una obra de la muy activa Asociación de Delegados y Delegadas de Protección de Datos de Parlamentos
Tuve el honor de asistir a sus jornadas anuales y invitado a escribir el prólogo. En el mismo, presento y hago de “telonero” de los rigurosos estudios de Alba, Andúgar, González, Auzmendi, Pulido y Sanz, López Hernández y Cañas, Arderiu y Mayor. Suponen un análisis sistemático de la referencia sobre el Derecho parlamentario en el siglo XXI, el siglo de la inteligencia artificial.
Además, en el prólogo me permito hacer unas reflexiones sobre el papel de la IA en el fortalecimiento de la institución parlamentaria. Así, planteo algunas preguntas que recorren el libro y mi texto: ¿cómo debe usarse la IA para mejorar la función legislativa sin automatizar la deliberación? ¿qué herramientas concretas pueden reforzar el control parlamentario y reducir la preponderancia del Ejecutivo? ¿es posible utilizar el análisis algorítmico para mejorar la fiscalización presupuestaria del parlamento? ¿de qué modo la IA ayuda a escuchar a la ciudadanía? ¿como implantar algoritmos para la gestión interna de las cámaras y al mismo tiempo mejorar la transparencia, explicabilidad, rendición de cuentas y participación pública? ¿qué papel deben asumir las presidencias, letrados y delegados de protección de datos para ordenar gobernanza, trazabilidad y supervisión humana? O, al fin y al cabo, cuestiones como ¿cómo reacciona el constitucionalismo parlamentario ante el uso de la IA para cambiar la forma de regular, a través de una personalización masiva de decisiones?
La IA debe ser palanca para las funciones parlamentarias, un potenciador de la institución, pero sin sustituir el juicio político ni la deliberación. El uso de la IA, también en los parlamentos, será tan natural como hoy un gestor de textos. Obviamente es necesario fijar cómo se usa y con qué garantías bajo los principios ya asentados de la transparencia, explicabilidad, control y rendición de cuentas, igualdad y no discriminación, cumplimiento del marco jurídico y respeto a los valores democráticos. Estas garantías deben traducirse en supervisión humana efectiva, trazabilidad y gobernanza interna. Los delegados de protección de datos, con experiencia en ciclo de vida del dato y evaluaciones de impacto, son un nodo esencial para un despliegue responsable en sede parlamentaria. Los parlamentos han de vigilar, evaluar y, en su caso, corregir modelos de IA que en el futuro produzcan efectos regulatorios sin legitimidad democrática. En el medio plazo, la institución habrá de redefinir su centralidad: fijar objetivos normativos, orientar el diseño y supervisar los sistemas que los operativizan, evitando delegaciones ciegas al algoritmo.
Una obra sin duda muy recomendable.



