Inteligencia artificial en las aulas para que el humano sea mejor jurista
Acabo de publicar el estudio introductorio “Inteligencia artificial en las aulas para que el humano sea mejor jurista” en Informática y Derecho. Revista Iberoamericana de Derecho Informático (2.ª época), número 16, páginas 15-19. monográfico, La tecnología como herramienta efectiva en la enseñanza del DerechoEl texto está disponible en el siguiente enlace: https://revistas.fcu.edu.uy/index.php/informaticayderecho/article/view/5656
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Agradezco de corazón la invitación a mi vieja amiga FIADI, la Federación Interamericana de Asociaciones de Derecho e Informática, y a mis amigos, su presidenta, la doctora Bibiana Luz Clara y el doctor Heriberto García Peña, director de una revista hoy plenamente consolidada como referencia en el espacio iberoamericano del Derecho digital.
En este estudio introductorio al número monográfico sobre digitalización de la enseñanza, formulo una serie de interrogantes que considero decisivos para la enseñanza y el ejercicio del Derecho en tiempos de inteligencia artificial. ¿Cómo está transformando la IA la formación jurídica y qué consecuencias tiene prohibirla en las aulas o adoptarla sin criterio? ¿Qué capacidades humanas siguen siendo insustituibles para el jurista del futuro? ¿De qué modo deben replantearse la evaluación y los métodos docentes en este nuevo escenario? ¿Qué estrategias necesitan nuestras universidades para dejar atrás la improvisación y establecer políticas claras respecto de la IA en la enseñanza? ¿De qué modo el Derecho debe impulsar, encauzar y, cuando proceda, acotar el desarrollo de la IA sin convertirse en freno a la innovación?
Las ideas fuerza del artículo son claras, ahí van algunas: la IA ya está incorporada a la producción, interpretación, aplicación y enseñanza del Derecho; negarlo retrasa a nuestros estudiantes. La respuesta no pasa por prohibir ni por delegar, sino por integrar con criterio: guías claras de uso, apoyo docente y evaluación auténtica que mida juicio, deliberación y argumentación. El jurista que formamos debe aprender a pensar con y frente a la IA: supervisar, contrastar, detectar errores de lógica o de ajuste normativo y traducir salidas automáticas a razones jurídicas sólidas. En la universidad, la prisa por “salvar” viejos formatos de examen es una distracción; antes hay que decidir qué tipo de profesional queremos formar y, solo después, cómo comprobarlo. El Derecho no llega al final del proceso tecnológico; debe entrar al diseño, promover la prevención y la responsabilidad desde el origen, y servir a fines públicos valiosos sin bloquear la mejora de servicios y garantías. Los datos jurídicos accesibles y fiables son condición de posibilidad para cualquier avance serio en el ecosistema hispano e iberoamericano. Y, sobre todo, la actitud defensiva ante la IA es un camino sin salida; lo que necesitamos es criterio, método y una cultura institucional que acompañe la transición del aula y la profesión jurídica a este nuevo entorno.
Gracias por el interés en este trabajo y, si te resulta útil, gracias por ayudar a difundirlo, por ejemplo aquí está un tuit…